En Lamothe Capdeville, en las laderas donde los huertos se preparan lentamente para la primavera, disfrute de vistas panorámicas sobre el campo circundante. En Lacourt Saint-Pierre, recorra los caminos de sirga del canal de Montech, donde majestuosos y silenciosos cedros centenarios se erigen como guardianes del tiempo, añadiendo un toque de magia a su paseo.
Cuando bajan las temperaturas y los días se acortan, la ciudad se transforma en un lugar mágico donde el arte sale a tu encuentro sin esperarlo siquiera. Pasee por las calles adoquinadas y maravíllese ante las singulares obras monumentales que engalanan el corazón de la ciudad. Esculturas y grafitis adquieren una nueva dimensión bajo la luz invernal, creando llamativos contrastes con la arquitectura circundante. Aproveche este aire fresco y limpio para explorar los rincones de Montauban, donde cada obra cuenta una historia e invita a la reflexión.